¿Qué información es esencial para comprenderlo?
Para llevar a cabo sus actividades, las empresas adquieren diversos activos que pasan a formar parte de su balance. Sin embargo, con el tiempo, debido al uso, desgaste u obsolescencia, estos activos pierden valor. Esta pérdida debe registrarse periódicamente en la contabilidad de la empresa, hasta el final de su vida útil o hasta que deje de formar parte de sus activos. Para calcular la amortización de un activo, se deben considerar varios elementos:
- Coste de adquisición o de producción: Es el precio que se paga para adquirir el activo, y es el valor que se amortizará (conocido como coste histórico en el Plan General de Contabilidad).
- Vida útil: El período estimado durante el cual el activo será útil para la empresa y podrá utilizarse para su finalidad. En España, la Agencia Tributaria proporciona tablas que establecen la vida útil máxima para cada tipo de activo fijo.
- Valor residual: Es el valor estimado del activo al final de su vida útil, es decir, el precio que la empresa podría obtener si vendiera el activo en ese momento.
¿Cómo gestiona Forge Flow la amortización?
En la configuración de la aplicación de contabilidad, podemos definir varios modelos de activos. Se trata de plantillas prediseñadas dentro del sistema que ayudan a automatizar el proceso de depreciación al adquirir activos. Esto significa que no es necesario especificar los detalles de amortización cada vez que se adquiere un nuevo activo; en su lugar, el sistema aplica automáticamente la depreciación correcta según el tipo de activo seleccionado.
Cada vez que se crea un activo, el sistema calcula automáticamente los asientos contables relacionados con su depreciación a lo largo de su vida útil restante. Estos asientos se validan al momento de su publicación, lo que permite un seguimiento continuo de los cálculos de depreciación. Además, tiene la flexibilidad de modificarlos si es necesario.